En la fase alfabética, el niño toma conciencia de que las palabras
se componen de elementos o unidades fónicas y que existe correspondencia entre
estas unidades y sus representaciones gráficas o grafemas. Ello le capacita
para segmentar secuencias sonoras y asociar los distintos fonemas con su
correspondiente grafía. Es el momento de la adquisición de la conciencia
fonológica o capacidad de un sujeto para darse cuenta de que la palabra hablada
consta de una secuencia de sonidos básicos. Estos sonidos están representados
por grafemas, cuyo reconocimiento y dominio permitirá descifrar el código
escrito.
En esta etapa, que por lo general va de los 4 a los 6 años, la
percepción y discriminación visual del niño se va agudizando y esto le permite
distinguir disposiciones gráficas que hasta entonces le resultaban
imperceptibles. Es el caso de las letras d, p, b, q, que conservan en la
rotación la identidad de la forma, pero que ya son distinguidas por el niño
como grafías que corresponden con fonemas diferentes.
Recuperado de: https://rodas5.us.es/file/fbd59e34-ac93-4624-adcb-081c80943f5c/1/lectoescritura_SCORM.zip/page_05.htm
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